Mascarilla de tela y vestido Líabm, modelado por Débora Barrantes.
La mascarilla se ha convertido en un accesorio imprescindible para nuestra vida después de que la pandemia del coronavirus irrumpiera. En una primera etapa se agotaron en las farmacias, hubo un amplio debate acerca de su conveniencia y su obligatoriedad. En una segunda etapa se convierten en parte de nuestros enseres cada vez que salíamos de casa. Y finalmente surgieron las mascarillas de tela, ahora éstas son una nueva tendencia en la moda, pues tienen diferentes estampados y diseños, además de ser un complemento indispensable. Pero ahora el debate está en tres puntos importantes. En su rol como accesorio de moda que construye una identidad, en si son más respetuosas con el medio ambiente y en si realmente nos protegen. En este artículo te contaremos estos tres atributos que debes tomar en cuenta antes de escoger una mascarilla de tela.
En primer lugar para analizar el tema estético y de identidad hay que tener en cuenta que la moda no deja de ser un código: nos vestimos conforme a lo que somos y a lo que queremos proyectar. Y esto repercute también en las mascarillas, como bien lo manifiesta el estilista Juan Antonio Frías, las mascarilla son «esa protección necesaria que se ha transformado en un complemento que no pasa desapercibido”. Según el experto en tendencias, las mascarillas aprobadas por las autoridades sanitarias y que se venden en farmacias nos igualan a todos como si lleváramos un uniforme: “Muchos sentimos que no nos representan, que no reflejan cómo somos. Por eso, triunfan las reciclables de tela con filtro incorporado, que nos permiten seguir manteniendo nuestra personalidad, nuestra individualidad, a la vez que cuidan de nuestra salud”. En este sentido las nuevas mascarillas de tela prueban que son necesarias para el bienestar psicológico y emocional del individuo no sólo en su salud. Una vez que un accesorio es recurrente se vuelve parte de la expresividad e identidad de la persona pasa a formar parte de él.
En segundo lugar de igual manera es importante que sean respetuosas con el medio ambiente. Este aspecto es, sin duda, uno de los más preocupantes para la población: la proliferación de productos sanitarios de un solo uso (como las mascarillas desechables) podrían convertirse en un serio problema medioambiental ya que, como otros sistemas de protección contra el coronavirus (guantes, batas impermeables, gafas o pantallas protectoras faciales), están producidas con derivados plásticos que acaban, mayoritariamente, en mares y océanos. Según el diario Gestión en julio del 2020 que «el Ministerio de Agricultura y Riego a través de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), informó que tras la reactivación económica focalizada, se registra un mayor número de residuos domésticos y de construcción en las fuentes naturales de agua como ríos, canales de regadío y drenes, identificándose presencia de mascarillas y guantes». Esto evidentemente perjudica al planeta y va más en consonancia con el fast fashion o moda desechable. En cambio una mascarilla de tela es más duradera, no necesita ser desechada con sólo ser desinfectada y lavada cada cierto tiempo puede durar por años.
Y en tercer lugar y punto más importante para que una mascarilla de tela realmente nos proteja es indispensable que lleve los filtros necesarios. Deben estar diseñadas para proteger al portador de la inhalación de atmósferas peligrosas, incluyendo humos, vapores, gases y partículas en suspensión como polvos y microorganismos (bacterias y virus) aerotransportados así como para proteger a los demás cuando el portador puede contagiar alguna enfermedad. Un buen método para comprobar la efectividad de las mascarillas de tela consiste simplemente en intentar apagar una vela. Como resulta lógico, cuanto más complicado sea apagar la vela con la mascarilla puesta mejor se comprueba su protección. Lo ideal es que al soplar no haya filtración de aire. Si la mascarilla de tela lleva el filtro entonces este punto también estará resuelto.
En conclusión, elegir una mascarilla higiénica (con filtro y efectividad comprobada) elaborada en tela que nos permita cuidar mejor del planeta, evitando residuos contaminantes y practicando un modelo de compra más sostenible, se ha convertido no sólo en una responsabilidad social sino también en tendencia. Las mascarillas desechables cumplen una función en la salud pública. Pero cuando esta prenda excede esos horizontes y forma parte de nosotros es también responsabilidad de las marcas proveer de mascarillas que cumplan estos requisitos. Así como también es responsabilidad de cada uno elegir con inteligencia. La mascarilla de tela con filtro de Líabm está diseñada bajo éstos términos. Pero estamos seguros de que en el mercado de la moda sostenible también encontrarán muchas mascarillas que puedan satisfacer sus necesidades estéticas particulares.